CATAMARCA.- Un albañil acusado de haber cometido el crimen de Keila Luján Reinoso, la adolescente que en 2013 fue encontrada violada y estrangulada en una alcantarilla de la ciudad catamarqueña de Fiambalá, fue considerado como "un psicópata irrecuperable".
Se trata de Manuel Argentino Hernández (43), quien está siendo juzgado desde hoy por el delito de ?abuso sexual con acceso carnal seguido de femicidio" ante la Cámara Penal 2 de Catamarca.
En el inicio del debate se dio a conocer el informe psicológico y psiquiátrico del imputado, el cual resaltó que en el momento del ataque tenía "pleno conocimiento y entendía la criminalidad de su acto, con una descarga desproporcionada de un ser violento y depredador con su víctima".
Según las pericias, Hernández es "un sujeto manipulador que no siente remordimiento ante sus víctimas y representa un gran grado de peligrosidad para terceros".
"No se trata de una persona enferma, como en muchos casos quieren hacerse representar, para alegar su inimputabilidad?, concluyó el informe.
Además, durante la primera jornada se leyó la requisitoria de elevación a juicio y se pasó a un cuarto intermedio para mañana a las 9.30 cuando se espera que declare el acusado y que confiese haber cometido el crimen, tal cual lo hizo en la etapa de instrucción.
Keila (13) desapareció durante la mañana del 14 de diciembre de 2013, cuando salió de su casa, en la que vivía junto a sus padres y dos hermanitos, rumbo a una carnicería ubicada en el barrio Entre Ríos, de Fiambalá, departamento de Tinogasta, en el oeste de la provincia.
Preocupada porque no regresaba a su hogar, Marylin Reinoso, la madre de la adolescente, fue a buscarla al comercio al que la había enviado pero allí le dijeron que la chica nunca había llegado.
Ante esa situación, la mujer primero pensó que su hija podría haberse fugado a raíz de una discusión que habían mantenido la noche anterior, por lo que se dirigió a la comisaría local para denunciar la desaparición.
A partir de esa denuncia, el personal policial se entrevistó con varios vecinos del barrio y realizó una serie de rastrillajes en busca de la adolescente, de los que llegó a participar el propio Hernández.
De hecho, el albañil fue detenido un día después de la desaparición como principal sospechoso ya que mantenía una relación cercana con Keila a la que en ocasiones llevaba en su vehículo a sus clases de educación física, a unas 15 cuadras de su casa.
Sin embargo, luego de unas horas, el albañil fue liberado por falta de pruebas, mientras que los investigadores continuaron con la búsqueda de la adolescente.
El 17 de diciembre del mismo año, alrededor de las 15.30, un grupo de trabajadores que realizaba tareas de mantenimiento de la ruta nacional 60 halló un bulto extraño en una alcantarilla, cerca del paraje Guanchín, que conduce al Paso Internacional de San Francisco, a 25 kilómetros de Fiambalá, por lo que alertó a la Policía.
Los pesquisas constataron luego que se trataba del cadáver de la chica, el cual estaba envuelto en una sábana, tirado boca abajo y con el pantalón a medio bajar.
Los forenses enviados desde la capital catamarqueña determinaron que la víctima había sido violada y que murió por estrangulamiento.
Al reunir nuevos elementos de prueba en el domicilio y la camioneta de Hernández, la fiscal de la causa, Silvia Alvarez, ordenó la captura del sospechoso pero cuando lo fueron a detener, éste ya había abandonado Fiambalá.
Recién cuatro días después del hallazgo del cadáver, el albañil fue capturado en la localidad riojana de Famatina, en un procedimiento conjunto de la Policía local y la de Catamarca.
Este es el segundo caso de femicidio que llega a juicio en Catamarca, ya que en junio de 2014 el Tribunal de Cámara de la Primera Nominación condenó, en un fallo unánime, a prisión perpetua a un hombre que descuartizó a su mujer, con la que tuvo dos hijos. (Télam)